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martes, 2 de diciembre de 2014

EQUIDAD
No tomar en cuenta la equidad de género en la construcción de la equidad social hace de esta una tarea más difícil y costosa. En consecuencia, se requieren políticas de redistribución que eliminen la explotación y pobreza específica de las desigualdades económicas y la abolición de la división de trabajo según género, así como políticas de reconocimiento dirigidas a cambiar las valoraciones culturales que privilegian la masculinidad y niegan igual respeto a las mujeres2 . Lograr la equidad pasa por el esfuerzo de corregir exclusiones que han hecho de los hombres urbanos, pertenecientes a los sectores socioeconómicos medios y altos, los portavoces casi únicos de la población.
IGUALDAD
La igualdad social es una situación social según el cual las personas tienen las mismas oportunidades o derechos en algún aspecto así para que todos tengan las mismas oportunidades en una sociedad y vivir equitativamente y en paz.
Existen diferentes formas de igualdad, dependiendo de las personas y de la situación social particular. Por ejemplo, la igualdad entre personas de diferente sexo, igualdad entre personas de distintas razas, igualdad entre personas discriminadas o de distintos países con respecto a las oportunidades de empleo o la igualdad de diferentes razas respecto a derechos de tránsito, de uso de transportes públicos o de acceso a la educación.

JUSTICIA SOCIAL
Todas las personas tenemos necesidades básicas comunes, que se traducen en derechos humanos fundamentales: el derecho a la propia identidad, a la supervivencia, a la educación a expresarnos con libertad y a ser tratados con dignidad y respeto, por ejemplo.
Cuando estas necesidades fundamentales no se satisfacen nos encontramos frente a inequidades, que pueden darse tanto en los países industrializados como en países en desarrollo. Lo que convierte estas situaciones en injusticias es que pueden ser evitadas: no se trata de problemas irresolubles a los que no podamos hacer frente, sino que a menudo han sido provocados por personas y persisten porque mucha gente se desentiende de ellos. La decisión de promover o negar la justicia social está en manos de las personas, ya sea a escala individual, local, nacional o mundial.

¿Sabías qué?

• Las inequidades están relacionadas con los conflictos, tanto en los países industrializados como en los países en desarrollo. La injusticia real o percibida es una de las fuentes más comunes de conflictos y de violencia entre los individuos, los grupos y los países.

• Puede ser que la pobreza sea la injusticia más fundamental y más extendida: no permite el acceso a otros derechos fundamentales.

• La discriminación es una injusticia que interfiere en las posibilidades que tienen los individuos de desarrollar su potencial.

INCLUSIÓN

Al analizar el concepto de sociedad nos basamos en ciertos rasgos característicos étnicos, políticos, religiosos, etc. que nos unen como un determinado grupo social, cuando en realidad en términos básicos,  la sociedad debería estar conformada simplemente por personas, seres humanos, individuos al fin. En un mundo ideal no tendríamos que hablar de inclusión social, pues hacerlo implica que aún en el siglo XXI subsiste cierto tipo de EXCLUSIÓN.   Hay minorías, etnias, comunidades, grupos humanos que incluso hoy no gozan de los beneficios de una verdadera inclusión social. La exclusión es una realidad aun existente para ciertos grupos minoritarios y ésta limita sus posibilidades de interacción, de accesibilidad a los servicios a los que tienen derecho y, básicamente, limita sus posibilidades de desarrollo, pues los seres humanos somos seres esencialmente sociales. Uno de los grupos minoritarios que tradicionalmente se encuentra excluido de los beneficios de una sociedad, es el perteneciente a la discapacidad intelectual.  Las personas que pertenecen a este grupo (retardo mental, autismo y síndrome de Down) no reciben servicios básicos de salud ya que se los considera como enfermos “de nacimiento”, muchos de ellos no reciben servicios adecuados de educación por considerarse como un desperdicio, tampoco son aceptados en la convivencia diaria, pues por falta de conocimiento y temor a lo diferente, es muy probable que se piense que no es apropiado tener un amigo, un empleado o un compañero con discapacidad. Entendiendo que la inclusión social resulta crucial para el desarrollo, sería apropiado incluirla como aspecto importante en el proceso natural de desarrollo del niño, joven y adulto con discapacidad intelectual, pues lograr que la inclusión social verdadera se dé, requiere de mucho trabajo y de múltiples apoyos, además de un cambio drástico en la mentalidad de la sociedad en general.  

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