EL CIUDADANO ACTIVO
La
ciudadanía activa hace referencia a la participación de los individuos en la
vida y los asuntos públicos. Esto puede tener lugar a nivel local, nacional o
internacional. Se refiere a los ciudadanos y ciudadanas que son conscientes de
su pertenencia a una comunidad local y global y se involucran activamente en la
vida comunitaria debatiendo sobre sus problemas, promoviendo y apoyando cambios
y mejoras o confrontando cambios no deseados. Un ciudadano activo no es necesariamente un “buen ciudadano” en
el sentido de seguir todas las normas o comportarse de una determinada manera.
Un ciudadano activo puede (y debe) retar determinadas reglas o estructuras
cuando son generadoras de injusticias.
CIUDADANO
RESPONSABLE
Somos los que aún nos
autodefinimos como personas de buenos principios y socialmente responsables,
los llamado hacer el cambio e iniciar a otros a hacerlos, pero eso requiere una
cuota de esfuerzo o de apoyo, y si queremos el cambio, es necesario hacerlo.
CIUDADANO CRÍTICO
La crítica es un
recurso muy útil de la democracia y, podríamos agregar, para la democracia. Más
aún, la actitud crítica es un requisito para el mejoramiento mismo de ésta como
forma de gobierno. Alguna vez escuché a un distinguido politólogo decir en una
conferencia que la democratización nunca termina, que se trata de un proceso
inacabado aun en las sociedades más democráticas del mundo. Pero, ¿cómo se
puede seguir democratizando a una sociedad que ya es mucho más democrática que
el resto? La respuesta es simple: mediante la crítica que la sociedad se hace a
sí misma, y no mediante el conformismo.
CIUDADANO DEMOCRÁTICO
La democracia es producto de
ciudadanos como respuesta a las tiranías soberanas o totalitarismos impuestos
desde las cimas del poder. Se construye y funciona en esencia a base de
mayorías y de otros factores que la conforman como un sistema de régimen político.
Entre ellos podemos considerar los procedimientos necesarios para la rotación
del poder mediante la participación de quienes acuden a elegir o ser elegidos,
al igual que otras condiciones que hacen de este ejercicio pacífico la única
posibilidad de convivencia entre quienes conforman las naciones como individuos
que ejercen libremente todos sus derechos. En el ámbito internacional, la
democracia sigue operando en un campo que obedece reglas basadas en la búsqueda
del consenso mayoritario para efectuar los múltiples tratados de impacto
global.

La democracia hace propicio el pacto social entre los
distintos actores que ven por sus intereses de cualquier índole, para lo cual
existe el marco constitucional que los ampara, respalda, regula, condiciona e
incluso les inhibe o coarta libertades cuando llegan a ser contrarios al
interés del consenso.
EL
CIUDADANO SOLIDARIO
Ser solidario es actuar para
ayudar a las demás personas. La solidaridad nos une a los demás. Supone
reconocer que necesitamos la ayuda de otros y también que ofrecemos la nuestra.
Un buen ciudadano es el que
colabora con los demás, cumple las normas justas y es pacífico. Además, es
educado, responsable, honrado, justo y solidario. La educación es necesaria
para que la convivencia sea más agradable.
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